En un café tranquilo, en un día lluvioso con aroma a café recién hecho y el susurro de las conversaciones. Mi alma se encontró con una mirada profunda que empezó un viaje que cambiaría mi vida. Y allí estaba yo cansado y harto de tanto trabajo intentando disipar mis complicados pensamientos con in delicioso café. Mis ojos perdidos encontraron una bella mujer con una mirada tierna y dulce. Sentí una conexión inexplicable. Luego de 20 minutos no pude irme sin hablarle. El chico se acerco a mi de repente, me sentí muy nerviosa tanto que tiré mi café sobre su camisa. Me disculpe como ochenta veces, pero él solo se reía. Me invitó otra taza de café y un delicioso alfajor, hablamos por dos horas sin darnos cuenta del tiempo. Hablar con ella era como una adicción, observar su pálido rostro, sus ojos tan brillantes y dulces y sobre todo su sonrisa cautivadora, me hacia calmar mis pensamientos. Lamentablemente la noche llegó y yo tenia que trabajar al día siguiente, asi que le pedí su núm